miércoles, 28 de marzo de 2012

Añoranzas

AÑORANZAS
FLORENTINO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
FAMILIAR MUY INFLUYENTE EN MI VIDA

DEDICATORIA: a mis hijos y todos los hijos de León, con los mejores deseos de que perdure el amor a las personas, paisajes y cosas que nos han rodeado desde la niñez.


AL LECTOR:

Empiezo pidiendo perdón
por errores que cometa,
pues yo no soy un poeta;
sólo habla el corazón.

Con esta imperfecta pluma,
yo quiero aquí demostrar
lo mucho que se puede amar
a lo que fue nuestra cuna.


A MI PUEBLO:

Yo aquí me siento extraño
al escribir esta copla,
entre el café y la copa
viendo el Mediterráneo.

Aquí desde tierra extraña
desde una ciudad cualquiera,
como ave, volar quisiera
a Villanueva de Omaña.

Es pueblo que da un abrazo
al río, en valle profundo
y para sus hijos mundo
que une con fuerte lazo.

¡Qué bonitos horizontes
y qué bonitas praderas,
ofrecen las primaveras
en medio de aquellos montes!

En medio de montes, prados,
en los prados hay grana y flor,
y en la grana y flor hay amor
para los hombres honrados.

Hacer la vida en el campo
es salud, paz y alegría,
es renacer cada día,
es trabajar con encanto.

Tranquiliza la conciencia
y no se siente el dolor,
así, se paga con amor
y se cobra con paciencia.

Es ayudar al amigo,
es ofrecer el cariño,
amar al viejo y al niño,
y es sentirse querido.

Los pájaros, consecuentes,
que trinan durante el día,
trinan dando alegría
a los hombres diligentes.

Manantiales de agua fría,
y el aire perfumado
por el bosque y por el prado,
confortan y dan alegría.

El manantial es amigo,
que fluyendo sin rumor
enjuga siempre el sudor
del campesino querido.

Entre los pastos del monte
la vida también proclaman,
los animales braman
agradecidos al hombre.

Éste en el prado sestea,
el árbol le ofrece sombra,
su compañía le honra,
no quiere irse a la aldea.

Santa María y Campona
de Fueyos se enseñorean,
viendo cómo serpentean
los arroyos de la zona.

Peñas del Miro domina
erguida mirando al cielo,
desde Fasgar hasta Riello
en medio de la campiña.

Roca prendida en los cielos,
roca altiva y señera;
reina de hermosa pradera,
reina del valle de Acebos.

Tiene Linares el noble
exuberante floresta,
que ofrece hasta en la cresta
chopo, abedul y roble.

Los árboles todos, todos
abrazados en Naredo,
buscan el sol en el cielo
y dan cobijo a los lobos.

El Acebal y Ardiseles
con frondosos arbolados,
siempre lindando los prados,
parecen unos vergeles.

Salpicada está la Vega
de hortalizas y maizales,
de prados y de frutales
lindando la carretera.

En el río se escucha
aquel constante murmullo,
de Villanueva orgullo,
por tener la mejor trucha.

Culebra desde el Sabugal
parece la carretera,
serpenteando la ribera
para acercarnos al mar.

A Gijón por El Castillo;
si cruzamos la Peñona
nos lleva a Covadonga
pasando por Villablino.

Saliendo de Villanueva
por colinas o collados,
se hallan otros poblados
de amigos y gente buena.

Y esa Comarca entera
en Invierno viste blanco,
y luego pierde su manto
al llegar la Primavera.

Es ofrecido con amor;
con el Sol y la tormenta
todo el campo revienta
y todo se cubre de flor.

Son cientos los manantiales
que a los campos dan verdor,
regando también esa flor
los días primaverales.

Las mieses que mece el viento
y cubren las laderas,
son premio a las sementeras
de aquel labrador contento.

La fauna desde su nido
se hace madrugadora,
y agradece en la Aurora
los dones que ha recibido.



A MIS MAYORES

Sublime es el momento
cuando maternal abrazo
nos ofrece su regazo
para darnos alimento.

A quienes me dieron el ser
todo el respeto y cariño,
pues desde que era niño
sufrieron, por darme placer.

 Como factura pagada
de uno u otro modo,
nos lo iban dando todo
y todo a cambio de nada.

Las abnegadas mujeres
trabajaban todo el día,
y repartían alegría
cumpliendo tantos deberes.

Siempre estaban laborando
a pesar de su hermosura,
en aquella vida tan dura
que es cultivar el campo.

Eran nobles y sinceros,
tenían mucha caridad,
y mucha amabilidad
al recibir a forasteros.

Y de sol a sol con afán
han cultivado los prados
y cuidado los ganados;
era su vida y su pan.

Cantaban las sementeras
y cantaban en la siega,
sacabdo fruto a la tierra
por todas esas laderas.

Trabajaban con exceso,
con la lógica ambición
de una remuneración
que se le llama progreso.

Con paciencia y con tesón
los sufridos habitantes
han procurado constantes
gozar una vida mejor.

Mejoraron la calidad
de humildes domicilios
que con nuevos utensilios
parece ya una ciudad.

Y con su sana conciencia
ofrecen siempre ayuda,
pues saben que se asegura
una buena convivencia.

Y desean de corazón
al llegar las Navidades,
año de felicidades
a toda la población.

Haciendo ciudadanía
con reuniones y festejos,
que eran fieles reflejos
del amor que se tenían.

La iglesia tan esbelta
que domina la vaguada
es por todos frecuentada
al llegar alguna fiesta.

A todos los labradores
un Santo les patrocina
y a todos les anima
para que sean mejores.

A San Juan, que es el Patrón
todos están obligados
y dando gracias callados
todos piden su protección.



NOSTALGIA

Espinas tienen las rosas
que pueden herir la ilusión,
pero saco la conclusión
que siempre serán hermosas.

Las casas son amapolas
en medio de los trigales,
pero en momentos fatales
se quedan tristes y solas.

Produce melancolía
esa casa, cuya puerta
antes tenías abierta,
y hoy, la encuentras vacía.

Si para mi felicidad
me falta lo que más quiero,
¿de que me sirve el dinero
ni fincas de mi propiedad?

Pues aquellos moradores
por uno u otro motivo,
ya han dejado su nido
sin vida y sin ilusiones.

Muchos van a la capital,
no quieren ser labradores,
quieren ser trabajadores
en una zona industrial.

Exige una preparación
la vida, a la juventud
y se van como un alud
para conseguir profesión.

En la ciudad hay encanto
y mejores perspectivas,
y allí pasarán sus vidas
y no verán más el campo.

Los que quedan son ancianos,
así, de esta manera
ya no hay más sementera
ni siembran prados lejanos.

Las esquilas y cencerros
no hacen la melancolía
que antes se transmitía
por todos aquellos cerros.

La cabaña que algún día
llenaba aquellos cerros
de vacas y de becerros,
ya no tiene alegría.

Las tierras están baldías
para solaz pasajero,
hoy ya ganan más dinero
trabajando menos días.

Y las tierras y los prados
que antes eran cultivo,
ya van pasando al olvido
porque son abandonados.

Y el campo llora y llora
por el terrible trauma:
Haber perdido la Fauna
y quedarle solo Flora.

Hasta las aves del cielo
que gozan de gran libertad,
huyendo de la soledad
se acercan también al pueblo.

Dios no dejará de ofrecer
con toda generosidad
frutos, alegría y paz
para los que quieran volver.

Perpetuarían la huella
que dejaron los mayores,
con trabajos y sudores
cuando la vida era bella.

Pues no puede haber belleza
si tenemos necesidad
de negar como en la ciudad
la amistad y la nobleza.




AÑORANZAS
FLORENTINO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
FAMILIAR MUY QUERIDO


A MI JUVENTUD:

Niñez austera y sufrida
al recibir educación
que nos daban con ilusión
para encauzar nuestra vida.

Sin cines y sin tebeos,
y sin tener ocasiones
de pasar las vacaciones
en lugares de recreos.

Pero se presenta precoz
esa juventud inquieta,
que tiene por fin y meta
colmar de ilusión y amor.

En alegres festivales
con respeto y con pudor,
fuimos descubriendo el amor
los que éramos chavales.

De noche y a cualquier hora
las rondas y pasacalles
alegran todos los valles
hasta que llega la aurora.

Y la juventud salía
a cualquier pueblo vecino,
León, Senra o Villablino
a compartir alegría.

Alegría tan temprana
que parece no se acaba,
enseguida es recortada
de la noche a la mañana.

Se enmudece la canción,
toda la gente se aterra,
saben que llego la guerra
y que se va nuestra ilusión.

Para los mozos es deber,
y abandonan los hogares,
y lloran los familiares,
¡Quizá no los vuelvan a ver!

De la guerra mejor no hablar
porque quita la alegría
como la quitó aquel día,
por eso prefiero callar.

Desde entonces el destino
marca nuevos derroteros,
ya casados ya solteros
toman distinto camino.

Alejados ya de León
o pasada la frontera,
fuerte como la quimera
nos surge la imaginación.

Nos sentimos defraudados
y nos sentimos culpables,
por dejar a nuestros padres
que necesitan cuidados.

Pues es de naturaleza
que cuando uno es niño
a los padres da cariño
y cuando es mayor, se aleja.

Si no les dejamos de amar,
y el habernos alejado
saben que fue obligado,
ellos nos sabrán perdonar.
¡Oh juventud que has sido
motivo de gran ilusión
en ese hermoso rincón
entre tanto ser querido!

Esta canción quiero cantar
si le puedo llamar canción,
con la mano en el corazón
para los que saben amar.

A los que han sido
y que duermen ya en la paz,
añoremos su gran bondad
llevandose rosas al nido.

Una oración por los muertos,
no seamos desleales,
unos eran familiares,
los otros, amigos nuestros.

PAISANOS: es cosa de honor;
la Patria Chica es aquella
honradla y volver a ella,
pues lo manda el corazón.