viernes, 11 de enero de 2013

Mi visión de la crisis española

En Alemania no entienden la situación española. Y es que les han dicho que nosotros somos unos vagos y no sabemos trabajar.

No me extraña que tengan ese cabreo, pero me gustaría saber alemán para poder explicarles la situación de aquí.

Si acabas de cumplir la mayoría de edad, o tienes discapacidad, el estado cubre casi todo tu sueldo con ayudas...

Eso está bien, pero:
Con 28 años ya eres viejo para un empresario, pues no tienen las ayudas oportunas. Da igual la experiencia.

Los que hemos perdido el trabajo, pese a echar multitud de cv, nadie da la oportunidad. Por lo dicho, y porque tienen miedo de contratar.

Así que aquí estamos, parados, pagando nuestras deudas a base de quitarnos comidas al día, para poder cuadrarlo.

Viviendo en locales sin células de habitabilidad, y buscando excusas por si preguntan. El número de ocupas aumenta con las familias desahuciadas.

Y los políticos ni recortan su sueldo, ni nada que les ataña. Prefieren seguir poniendo impuestos a las personas que están perdiendo todo.

Si escribes en internet, vas a declarar, por exaltación a la violencia. Si cantas, si te manifiestas...

Así que aquí estamos, como basuras del estado: si hablas al mundo, te castigo para concienciaros...

Y puede que a muchos les parezca normal, a mi me parece una dictadura.

Cuando hablar o quejarse está castigado, y de dinero se han hinchado.

Ojalá, llegue estos mensajes, tras esas fronteras armadas...

Si naciera en África, no cambiaría mi gente por este país...

Tengo un amigo trabajando que cobra menos que los sin papeles que están con él. Ahora, les quieren volver a bajar el sueldo. O un ERE.

Si te quejas, te despiden. Si te silencias, todo sigue...

Entre la espada y la pared, mirando cada cual para él.

Y es que, cuando tienes que decidir entre comer tú o que coma otro, todos eligen lo mismo, y las cosas se mantienen estáticas.

Y así aumentan los suicidios, aumentan las depresiones, aumentan los desnutridos...

La gente cambia de acera o mira para otro lado, a sabiendas que él podría acabar ahí tirado.

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