viernes, 16 de agosto de 2013

Los errores

Es muy fácil ver los errores, pero es muy difícil analizarlos y superarlos.

Siempre tenemos cierta tendencia a culpar a terceras personas, es lo más sencillo.

Hoy me han recordado cuando lo he echo yo, y me ha echo reflexionar mucho... 

Ninguna persona es perfecta, aprendemos a querernos con nuestras virtudes y defectos, pero si que es cierto que existen ocasiones en los que un cabreo mal solucionado puede hacer que digas cosas que nunca sentiste.

Lo primero que se debe hacer es reconocer y distinguir cuánta culpa tiene la otra persona y cuánta tienes tú.

Yo no he sido ninguna santa, y de echo a habido tantas situaciones difíciles en mi día a día que culpaba a todos de ella.

Hace poco una persona a la que admiro mucho me dijo que el problema no es tener poco o mucho carácter, sino no ser capaz de ver con claridad las cosas. Tenía razón.

Siento alivio, por fin, por tantas cosas que no lograba entender y me cabreaba de otras personas, pero a la vez me produce tristeza ver la reacción que tuve, y cómo me comporté, primero, con quien no tenía culpa y estaba en el medio, y segundo, por haber culpado a esas personas de más cosas de las que realmente eran responsables.

Porque en el fondo, cada uno es responsable de sus propios actos, y nos pueden marcar de por vida fallos de otras personas, pero debemos aprender a perdonarlos, y, lo que siempre es más difícil, a perdonarse a uno mismo para poder disfrutar y ser feliz del presente, pues es algo que nunca vuelve. 

Es curioso cómo una conversación de 5 min te puede cambiar tanto, pero quizá necesitaba esa conversación de alguien a quien quiero mucho para darme cuenta de esto, porque si me lo dicen unos desconocidos, quizá no habría escuchado con tanta atención todo lo que hoy ha echo que fluyan muchos bloqueos internos que tenía.

Con toda esta reflexión interna, quiero, primero, pedir un sincero perdón por los daños que mi ego ha podido causar, y a la vez, soltar de una vez todos los bloqueos al darme cuenta de que, sino perdonaba no era porque no fuera capaz, sino porque no conseguí ver lo simple en la complejidad del todo...

Hay que saber ver lo simple, para poder llegar a lo complejo, hay que aprender a ver la vida, para aprender de los errores propios y ajenos.

Y hace falta perdonarse y perdonar, para poder seguir tu camino. 

Un abrazo a todos, tanto los que me han dañado como los que he dañado.

Y gracias de corazón por enseñarme, pequeña, que los errores que cometemos en un instante no son lo que definen a una persona, que todos nos equivocamos y que, gracias a ello, crecemos y maduramos. Gracias por enseñarme, aún siendo inconsciente de ello, a soltar la rabia que quedaba dentro de mi por traumas que no son más que sombras del pasado. Y gracias por enseñarme a ser mejor persona, como siempre que te veo, ganándote mi admiración y respeto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario